viernes, 28 de marzo de 2014

FORMACIÓN PARA PADRES Y MADRES

Durante el pasado mes de marzo se realizaron diversos programas de formación para padres de nuestro centro. Impartidos por especialistas del Plan Municipal sobre drogas, el objetivo ha sido tratar temas relacionados con la convivencia familiar proporcionando herramientas para facilitar la labor educativa de los padres.

El primer programa llamado: “Trobades familiars” consistía en una charla donde se trataron de forma abierta y dinámica temas relacionados con la convivencia familiar (normas y límites en casa, la importancia de la disciplina y de los horarios, como hablar con los hijos, etc.). Estas charlas estaban destinadas a las familias con niños de entre 3 a 6 años y la participación ha sido alta.

El segundo programa llamado: "Atenció arriba un adolescent" consistió en 4 sesiones destinadas a familias con hijos que estuvieran cursando 5º o 6º de primaria, y pretendía dar respuesta a las inquietudes o preocupaciones que suelen despertar en los padres esta nueva etapa evolutiva en la que están a punto de encontrarse sus hijos (la adolescencia). La participación ha sido escasa.

Los padres debemos aprender a educar mejor y conocer los recursos con que cuentan las ciencias educativas. De esta forma, los buenos resultados serán lo normal en una familia responsable y “los problemas familiares” la excepción. El futuro no es la consecuencia del azar. El futuro lo estamos haciendo entre todos. Cada familia presta su colaboración al esforzarse en ayudar a sus hijos a ser personas libres y responsables. Para ello es necesario formarse y prepararse

ORIENTACIONES SOBRE LA FORMACIÓN DE LOS PADRES
1.   El buen ejemplo es la base de una buena educación.
2.   Cada cónyuge debe ayudar a que el otro tenga prestigio.
3.   En educación todo problema tiene arreglo: estúdialo.
4.   El aprender a educar mejor debe ser un objetivo en nuestra vida.
5.   Todo lo que vale, cuesta esfuerzo; aprende a educar mejor.
6.   Cuando te esfuerzas por educar mejor, tú eres el primero en mejorar como persona.
7.   Educar en positivo es: actuar con cariño cuando tu hijo está en disposición positiva, cuando ha hecho algo bien. No te olvides de reconocérselo. Esfuérzate en actuar así hasta hacerlo costumbre.

miércoles, 26 de marzo de 2014

ENTREVISTA JEANNE SIAUD-FACCHIN "UN COCIENTE INTELECTUAL DE 130 NO SIGNIFICA NADA"


La psicoterapeuta Jeanne Siaud-Facchin durante la entrevista en el Instituto Francés de Madrid. I.F.

Lleva años diagnosticando y tratando los problemas que provoca el exceso de inteligencia en la infancia. Tras pasar por su consulta muchos niños con dificultades por este motivo, se dio cuenta de que sus padres habían tenido los mismos problemas que sus hijos y no sólo eso, sino que décadas después seguían arrastrando un desajuste con su entorno. Por eso, la psicoterapeuta Jeanne Siaud-Facchin, una de las principales expertas en este campo, se decidió a escribir ¿Demasiado inteligente para ser feliz? (Paidós), un libro en el que analiza el día a día de los adultos superdotados, las herramientas para realizar un diagnóstico correcto y algunos trucos para que la inteligencia sea un buen aliado. Autora también de Cómo la meditación cambió mi vida, reconoce que llegó a ésta a la par que trataba a sus pacientes, herramienta que aprovechó para serenar la mente de las personas superdotadas: "su cabeza siempre está activa, del pasado al presente y de este al futuro. Nunca paran. La meditación les viene bien porque les ayuda a parar y a vivir el momento, a serenarse".

¿Cómo es una persona superdotada?
Tienen una personalidad muy paradójica. La estructura cognitiva de las personas superdotadas es muy diferente a la del resto de la población. Cuando reciben un estímulo, en su cerebro se activan muchas neuronas, lo que les genera miles de ideas y una gran dificultad para saber discriminar la información correcta. Es la primera paradoja. Además, la transición de los datos va más rápida que lo que tarda el cerebro en procesarlos. A eso se une que las conexiones entre la parte frontal del cerebro y la zona parietal también van más rápidas. Eso les da una gran potencia de inteligencia, pero también sobreabundancia de información, que les conlleva en la adolescencia una dificultad para organizar y estructurar el pensamiento. Es una fuerza y una fragilidad a la vez. Esta forma de inteligencia contribuye a una gran lucidez sobre lo que pasa en cada momento de la vida, que puede generar además sufrimiento por entender demasiado, por analizar demasiado, e interferir en la capacidad de ser feliz. El segundo aspecto fundamental es el relacionado con la creatividad emocional. Tienen hipersensibilidad, y algo banal se puede convertir en un cataclismo emocional. Las emociones siempre les invaden y esto puede generarles vulnerabilidad y dificultad para conectar con lo que les pasa. También les resulta complicado estar tranquilas y no pensar demasiado en el futuro o en el pasado. Además, tienen una inmensa capacidad de empatía, de sentir lo que sienten los demás. Esto crea una intensidad de vivir que a veces es difícil de llevar, pero también les genera creatividad, talento y fuerza.

Con estos rasgos, ¿en qué trabajo encajan mejor estas personas?
Pueden aplicar su inteligencia y sensibilidad a muchos sectores. Tanto en profesiones muy creativas, como las relacionadas con el arte, pero también pueden volcar su creatividad en empresas, en la ingeniería, etc. Lo importante es que puedan tener un entorno de agilidad y creatividad, porque todo va muy rápido para ellos, y tener la posibilidad de asociar ideas que no se hubieran encontrado de un contexto más lineal y más lógico. Por eso tienen a veces dificultades para adaptarse al mundo profesional, porque hay un desajuste, porque hay dos tempos. Su inteligencia les permite entender las cosas a 360 grados pero no saben cómo explicarlas porque tienen la convicción de que la realidad es como ellos la piensan. Eso hace que tengan una relación difícil con los jefes. No obstante, no siempre todo es rápido para ellas. A veces tienen la necesidad de detenerse en un punto, algo que les parece central mientras que los demás van a pensar que eso es algo anecdótico pero, ellas tratan de llegar siempre al final de las cosas. Esto les puede generar un sentimiento de desajuste, de no estar al mismo nivel que los demás y dificultad de sincronización.

¿Se puede confundir hiperactividad con una personalidad superdotada?
Los dos tienen una gran rapidez en el cerebro. Los hiperactivos van muy rápidos y, si nadie les interrumpe, funcionan. Pero, si se distraen pierden todas sus ideas. En cambio, los superdotados tienen un inmenso mapa donde se pueden apoyar y asociar sus ideas. No es la misma potencia a nivel intelectual. Para saber si una persona es superdotada, no basta con determinar su cociente intelectual (CI). Es como la fiebre en una enfermedad, que no te dice lo que tienes. Lo importante es saber cómo funcionamos, cuáles son los mecanismos que se activaron para producir ese CI, explorar la inteligencia pero también el mundo psicológico y emocional, para poder imbricar ambos aspectos. Se empieza a hablar de superdotados con un CI igual o superior a 130, pero esa cifra no significa nada. Una persona puede dar en un test de inteligencia un nivel más bajo porque sea muy ansiosa, inhibida o depresiva, y aun así ser superdotada. También es posible tener un CI elevado, de 140 por ejemplo, y estar en un modo patológico, como puede ser el caso de algunos autistas, que tienen una inteligencia muy particular. Es un índice que orienta el diagnóstico.

¿Se puede ser niño superdotado y feliz?
Sí, si el entorno se adapta y entiende la particularidad de estos niños. De lo contrario, pueden tener verdaderos problemas en el colegio, porque la escuela funciona de manera muy lineal, con mensajes que tienen que transmitirse de manera muy codificada. Ellos entienden todo a la primera, pero ven como el profesor repite todo varias veces para los demás, y esto les genera agitación y problemas en clase. Además, siempre necesitan comprender más allá, hacer preguntas, etc. Como son muy sensibles y tienen un concepto de la justicia muy elevado, van a discutir con mucha frecuencia con sus profesores por no estar de acuerdo con ciertas decisiones, lo que puede hacer que parezcan impertinentes.

¿Y qué recomendaciones les da a estos niños?
A veces está bien que se salten alguna clase, para que no vayan tan rápido, permitir así hacer funcionar su inteligencia. También les puede venir bien estar con niños mayores , con temas educativos más cercanos para ellos. Pero si todo ese sufrimiento les ha generado ansiedad y problemas, hay que llevarles a un psicoterapeuta para ayudarles, porque a veces tienen una imagen errónea de sí mismos.

¿Cómo son sus relaciones afectivas en la adolescencia?
Suelen comprometerse de forma más seria que el resto de adolescentes, porque el amor y el compromiso, como otras cosas, están sobredimensionados. Y por eso también tienen miedo a sufrir y a decepcionar al otro.

Entonces, ¿se suelen comprometer pronto y para toda la vida?
No, no siempre. Estas personas tienen una sensibilidad extraordinaria que puede dar lugar a consecuencias terribles para aquellas que no están bien. Porque intentarán multiplicar sus aventuras amorosas para seguir con esa intensidad amorosa, aunque ellas lo que buscan (tanto adolescentes como adultos) es el compromiso verdadero y auténtico. Pero muchas veces prefieren no comprometerse en lugar de tener un compromiso a medias. Como me dijo el padre de un paciente hace poco: "en realidad, son inválidos del matiz, del término medio. Es todo o nada".

¿Hay diferencias debidas al género?
En las consultas médicas y psiquiátricas de Francia se ven cinco o seis chicos por cada chica. El motivo no es que ellos tengan más problemas sino que, aunque estemos en el siglo XXI, los padres de familia se preocupan más rápidamente por los chicos que por las chicas. Otra razón es que los problemas de los niños (ansiedad, depresión, o lo que sea) hacen más ruido. Ellos son más activos y atraen más rápido la atención de los profesores y de los padres. En cambio, las niñas intentan hacer lo mejor que pueden las cosas y lo que esperan de ellas, aunque tengan un problema. En los superdotados, vemos lo mismo. Los chicos se vuelven muy reactivos cuando no consiguen expresar lo que son. Las chicas en seguida se cuestionan y, cuando se sienten mal, lo ocultan. Años después, los problemas son mayores en ellas, porque los guardaron para sí mismas durante mucho tiempo. Y aún así, van a intentar adaptarse mientras que los hombres van a desarrollar problemas graves al estar en rebeldía, al intentar imponer su forma de ser.

¿Intentar ocultar esta falta de adaptación puede generar más problemas?
Sí. Depresión, problemas de imagen patológicos, sensación de ser nulo, de no valer, de no tener ningún valor.

¿Hay algún tratamiento farmacológico para estas personas?
No. Porque no están enfermas, ser superdotado no es una patología. Pero si no se desarrollan en un entorno adecuado, sí tendrán sensación de estar en otro plano, de pensar cosas que nadie imaginó, de entender cosas que nadie entendió, sensación de aburrimiento de su trabajo, de su pareja, un sentimiento de soledad enorme... Todo les genera confusión. Pueden estar recibiendo el mensaje de que son demasiado excesivos, demasiado sensibles, que plantean demasiadas preguntas, que van más allá en todo, que no dejan pasar ni una. Esta falta de adaptación crea desajuste, y esto puede llevarles a consultar con un médico. Si éste hace un diagnóstico erróneo, les diagnosticará unas patologías que sí las enfermarán, porque les recetarán pastillas que les harán enfermar.

Tiene que ser complicado vivir con estas personas, ¿no?
Sí. La sociedad tiene una especie de normalidad, del sentido del término medio, y la adaptación social para ellas es difícil a veces. Con frecuencia, la queja de adolescentes y adultos es tener la imprensión de estar a la vez con los demás y estar aislados. Una vez más están en otro nivel, en desajuste.

¿Cuál es la palabra que mejor les define? ¿Intensidad?
Bravo. De hecho, así se denomina a lo que les ocurre: Síndrome de intensidad. Son demasiado intensas.

jueves, 20 de marzo de 2014

¡FELICIDADES PAPÁ!


Todo niño necesita de la presencia paterna, una presencia diferente, que no envuelve como la madre, sino que enseña, que abre horizontes. Y ,al llegar la adolescencia, el papel del padre resulta clave. Lo adolescentes se empiezan a distanciar de lo femenino que representa la madre y a acercarse a lo masculino del padre, sobre todo a unos rasgos que identifican más con él.

Si la educación de los hijos fuera una película, podría decirse que el padre se convierte en el principal protagonista al llegar el nudo de la de la trama: la adolescencia. Los hijos tienden a hacerle más caso, especialmente los varones. Loa cambios de esta época desorientan y confunden a los adolescentes, por lo que necesitan un apoyo firme y seguro.

Con la  adolescencia se produce el trueque en los papeles entre el padre y la madre que se había ido gestando durante los años previos. Ahora es papá quien ha de tomar una postura más activa, especialmente con los hijos varones.

Los cambios psíquicos y físicos que acompañan la adolescencia implican un mayor entendimiento de las cosas; es decir que las reglas que hasta ahora no se cuestionaban quedan en entredicho, la supremacía intelectual, física y moral de los padres ya no es creíble y el orden de la realidad ya no tiene la base segura de antes.

Estas características, propias de la edad y de las hormonas, les llevan (sobre todo a los varones) a distanciarse de lo femenino quye representa la madre y acercarse a lo masculino del padre, sobre todo a unos rasgos que identifican más con él: seguridad, autoridad, apoyo firmes.

En este caos de rebelión y aparente seguridad, el adolescente, chico o chica, necesita la tutela benévola de su padre, que delimite el mundo y enseñe con sus palabras y su forma de ser el camino hacia la edad adulta. El adolescente necesita la presencia tranquilizadora de su padre, pero también lo necesita para tener a alguien contra quien rebelarse, alguien que sea capaz de resistir a sus ataques y de mantenerse firme contra viento y marea. Este es un aprendizaje definitivo que marcará, seguramente, su forma de relacionarse con los demás y con el mundo.

Llega el momento de influir decisivamente y de ejercer la autoridad. Esto requiere actitudes positivas en el padre, que no se limitan a prohibir, corregir o sermonear siempre. Es mejor hablar a los hijos con serenidad, respeto y tacto; hacerles preguntas que les interesen y les hagan pensar, escucharles e intentar comprender sus puntos de vista; dar explicaciones de las normas y prohibiciones, alabar buenas conductas…

La presencia estable de una autoridad masculina en casa es necesaria para controlar los excesos y para enseñar a los hijos el autocontrol. Si la autoridad del varón adulto desaparece, falla el proceso de socialización y la vida de los chicos puede volverse caótica.

La presencia del padre es importante porque ofrece un modelo con el que se identifica el joven. Hay que tener en cuenta que si un joven no se identifica con esa figura, otros modelos vendrán a ocupar ese vacío.

Esto no significa que la madre haga mal las cosas en esta etapa. Como todas las madres con hijos adolescentes saben, en realidad siguen siendo protagonistas en su casa, pero de otro modo. Ella sigue siendo el marco de unión de la familia, quien puede aliviar las tensiones propias de esta etapa, ella tiene mucha mano izquierda para conciliar. Es el momento justo de ir junto  al padre y de dejarle que se encargue él de ciertos asuntos. La adolescencia rebosa temas conflictivos que exigen muchas vueltas, mucho hablar entre los cónyuges y mucho actuar en la misma línea losa dos.

El hambre del padre es un deseo profundo y persistente de conectar emocionalmente con el padre, experimentado por todos los niños. Cuando esta necesidad es satisfecha, los niños suelen crecer confiados, seguros y  fuertes.


Durante esta etapa, el padre tiene todo un abanico de responsabilidades. Idealmente, el padre comprometido intenta pasar momentos a solas con sus hijos e hijas adolescentes, es decir sin el resto de la familia. Se interesa por hacer cosas juntos, por hablar y escucharlos, por compartir sus opiniones con ellos y apoyarlos en sus intentos de ser adultos. También conviene hacerles participar en las decisiones familiares y  otorgarles (a veces as la fuerza)tanta responsabilidad como puedan asumir, sin que por ello sientan que se les deja a la deriva.

miércoles, 12 de marzo de 2014

LECTURAS RECOMENDADAS: SEAN COVEY

La adolescencia es al mismo tiempo un período maravilloso y un gran desafío. Con estos libros Sean Covey ofrece a los jóvenes de hoy en día una guía para  que puedan plantar cara a los duros reveses y a las decisiones  cruciales a las que se enfrentan a diario.


LOS 7 HÁBITOS DE LOS ADOLESCENTRES ALTAMENTE EFECTIVOS.
Ser joven es tan maravilloso como desafiante. En Los 7 hábitos de los adolescentes altamente efectivos, Sean Covey aplica los principios imperecederos de los 7 Hábitos a las difíciles circunstancias y decisiones que afrontan los jóvenes.

De manera divertida, Covey presenta una guía que ayuda a los adolescentes a mejorar su imagen y estima, desarrollar su potencial, formar amistades, resistir las presiones, fijar y lograr sus metas, mantener una buena relación con sus padres y mucho más. Lectura indispensable para quienes atraviesan por la etapa más inquieta y dinámica de su vida, así como para padres, abuelos y cualquier adulto que ejerza influencia sobre ellos.

Con caricaturas, ideas ingeniosas, grandiosas citas e increíbles anécdotas de muchachos de todo el mundo, este libro es la última palabra en supervivencia y desarrollo durante la juventud, e incluso después.


LAS 6 DECISIONES MÁS IMPORTANTES DE TU VIDA: GUÍA PARA JÓVENES.
La mejor herencia que todos tenemos de la adolescencia es haber comprendido la vida como tarea. Es la etapa donde buscamos y tratamos de encontrar la verdad de los ideales que nos van a inspirar para construir un proyecto vital con ilusión y con ganas.

Sean Covey magistralmente presenta en esta obra todos los retos, desafíos y decisiones que cada joven debe saber, elegir y tomar durante su juventud, especialmente en aquellos aspectos que aún no ha madurado suficientemente. Los más conocidos: la vida afectiva, la sexualidad, la autoestima, la capacidad de estudio y la responsabilidad en éste como en otros aspectos de la vida diaria; decir NO a las drogas y al alcohol y seguir practicando otras virtudes como la alegría y honestidad. Covey junto a su esposa son padres de seis hijos y tienen una gran pasión: apoyar a los jóvenes.

En un tono chispeante y creativo les ayuda a fomentar ideales; promueve el desarrollo personal, los talentos y habilidades y la práctica de una vida sana. Este libro despierta todo el interés tanto de jóvenes como de padres porque es alentador saber que, pase lo que pase, el adolescente siempre tiene futuro.


Las coloridas ilustraciones de gran sentido del humor dan carácter a esta excelente obra de Sean Covey, quien aprovechó las experiencias reales de jóvenes que lograron sobreponerse a las adversidades, mantuvieron sus decisiones y cosecharon frutos.

miércoles, 5 de marzo de 2014

UNA REFLEXIÓN: ¡QUEMAR LAS NAVES!


Por Manuel Martínez Cuesta. 
Licenciado en Psicología y en Antropología, Master en Bioética, 
Directivo de la Asociación Viktor E. Frankl.

Cuenta la historia que al alcanzar la costa de Fenicia, el ejército de Alejandro Magno se encontró con una superioridad numérica aterradora. Las dudas, los temores, poco a poco fueron ganando terreno en los indómitos corazones de sus soldados. El terrible e invicto ejército de Alejandro sufrió la peor de las derrotas, la derrota de su espíritu y sabedores de ante mano de su funesta pérdida, no pudieron por menos que considerar la rápida retirada para, al menos, salvar lo poco que quedaba de ellos, aunque solo fuera su vida.

Cuál fue la sorpresa de estos derrotados soldados, cuando al buscar con sus anhelantes miradas la seguridad de las naves, descubrieron que ardían irremediablemente, mientras se hundían y eran reclamadas por las profundidades del Mediterráneo.

Alejandro Magno, al ser consciente de la tragedia que se forjaba, mandó destruir la única vía de escape. Tras dar esta orden, se dirigió a sus huestes, ahora solo tenían una opción: vencer, enfrentarse al enemigo. Solo había una forma de volver a casa, en los barcos de sus enemigos ya vencidos.

“Quemar las naves” ha llegado a nuestros días como una expresión dentro de nuestro acervo popular. Con ella, describimos la actitud que en ocasiones tomamos o toman otras personas de comprometerse más allá de toda duda, más allá de cualquier posibilidad de vuelta atrás.

Sin embargo, parece que hoy en día, la posibilidad de comprometerse, de perseverar, aún más, de apostar por una idea, un sueño, un valor, una decisión, va quedando desvaída en medio de una sociedad que rehúye la reflexión y busca ante todo, lo inmediato, sin complicaciones, si me permitís el barbarismo, una sociedad de “plug and play”.

Y es que lo inmediato es el mejor remedio para no escuchar nuestra conciencia, esa conciencia que, si la escuchásemos, si le diéramos voz y voto, digamos que… nos “complicaría” la existencia.

Desde la conciencia, la persona se encontraría frente a las constantes apelaciones a su responsabilidad, que no es otra cosa que la manifestación de que cada uno de sus actos, por insignificante que parezca, nace de una radical y última libertad, una libertad que puede estar condicionada, limitada, pero en último término siempre conserva la posibilidad de elegir.

Pero claro, si la vida me interpela a que responda, significa, como ya he dicho, que puedo elegir y elegir… y ¡ay, amigo mío!... elegir supone que existe la posibilidad de que yerre. Y equivocarme significaría enfrentarme a mis limitaciones, enfrentarme a mi finitud, y eso, con la cantidad de cosas que tengo que hacer y conseguir, solo sería un estorbo a mi autorrealización, sería mucho mejor centrarme en lo que puedo tener, que es mucho más cómodo y accesible pues como rezan los nuevos valores: “si no te gusta, te devolvemos el dinero”.

Sin duda, si nos paramos a pensar un poco, aunque no lo hagamos de forma consciente, seguramente hemos caído más de una vez en esta espiral de superficialidad, pero ésta no es la única manera en que podemos vivir, ni tampoco es la única manera en que se puede entender la vida.

Donde otros ven trágico destino, nosotros podemos encontrar un océano de posibilidades; donde otros ensordecen su conciencia con acumulación de cosas y aplazamiento de decisiones, nosotros podemos enriquecer nuestra existencia revalorizando cada pequeño acto o circunstancia. Y aquí es donde expongo mi propuesta: ¡quema tus naves al vivir! ¡quema tus naves en cada decisión de tu vida!

Frankl cuando intuye que no existe situación que carezca totalmente de sentido, está revisando una realidad que para otros se ha convertido en una carga, en una condena, un sinsentido. La Logoterapia va más allá de describir la existencia de un gran sentido en la vida, es capaz de captar como cada uno de los pequeños fragmentos de los que se constituye nuestra vida también poseen esa potencialidad. Para empezar no existe “el” sentido, sino “nuestro” sentido que además, no podemos reducir simplemente a una realidad única y aglutinante. “El sentido correspondiente es un sentido ad personam et ad situationem”*. El sentido no se puede dar (o comprar, añadiría yo), sino que debe ser descubierto. Descubierto por cada uno (ad personam) en cada momento y situación (ad situationem).

Para ello, necesitamos vivir cada momento y cada situación. Si por el contrario, de la misma manera que los soldados del ejército de Alejandro Magno, frente a las presiones del entorno, de nuestros propios miedos, de las exigencias de una cultura de escaparate, nos deslizamos sobre la existencia, asustados, para no ser heridos o decepcionados, estamos siendo derrotados de antemano, como lo estaban siendo los soldados en su corazón.

Pero, ¿y si nos atreviésemos a hacerlo de otra manera? ¿Y si reconociésemos la riqueza de cada momento de nuestra vida, su irrepetibilidad, la gran oportunidad existencial que supone? Una oportunidad en la que yo, y solamente yo, en todo el universo, tengo la capacidad de dar una respuesta genuina.

¿Y si acepto esta tarea existencial, pues me he atrevido a quemar mis naves y, por tanto, solo me queda responder a la vida, sin las ataduras de falsas seguridades, ya sean emocionales o personales? ¿Y si, liberado de esas naves que me tientan a abandonar, convierto mi vida, mi cotidianidad, en algo más grande al comprometerme “realmente” con lo que pienso, siento y vivo?

Es cierto que vivir así no es fácil. El riesgo existe, eso no os lo voy a negar, y las decisiones tomadas también acarrearán en ocasiones dolor y pérdidas.

Por cierto,… finalmente los soldados de Alejandro Magno, aunque doloridos y heridos, consiguieron regresar a sus hogares… en los barcos de sus enemigos.


(*) Viktor E. Frankl. "Logoterapia y análisis existencial", Ed. Herder, Barcelona, 2011, pág. 130)